Si hace unos meses me hubiesen dicho que conocería a estas personas, no me lo hubiese creído. Sabía que cuando cambiase de vida también cambiaría la gente que me rodeaba, pero no me hubiese imaginado como iba a ser esta nueva gente, y que en tan sólo tres meses llegasen tan a dentro que ahora no paro de echarles de menos. Convivir, reir, llorar, dormir, trabajar, perder el bus, volvernos locos, todo juntos. Ir a clase, cambiar de habitación, ver películas, dibujar, pintar cuadros, proyectar, bajar al comedor, pasar noches sin dormir trabajando, o de fiesta, mirarnos con cara de dormidos y sentir que es algo normal.
No sé si en otro lugar hubiese encontrado a gente que me hubiese hecho sentir así, probablemente sí, pero estoy aquí, en Toledo, en mi residencia, en mi universidad, con mi gente, y es aquí donde me quiero quedar.
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