La vida no es esperar a que pase la tormenta,es aprender a bailar bajo la lluvia.

martes, 28 de diciembre de 2010

Adiós 2010, Adiós.

Como cada fin de año, toca ponerse nostálgicos. Y es que, en estos momentos en los que te paras a pensar, te das cuentas de que los años cada vez pasan más rápido.
En especial, 2010 es el año que más deprisa he vivido, pero sin embargo el que mejor recuerdos me ha dejado hasta el momento.
Empezamos el año como mejor sabemos: besos, risas, y fiestas. Pero poco a poco se empezó a notar el estrés de la selectividad, las dudas sobre a donde ir, las preocupaciones sobre si dará la nota, no dará...
Llegó la temida selectividad, que en el fondo, no se le recuerda tan mal, sólo algo de nervios al principio, que al final acabaron desapareciendo.
Más fiestas, ahora la de graduación, noche larga y de las mejores.
Y así llegamos al "verano de nuestras vidas", afirmación a la que no le falta razón. Más fiestas, más noches sin dormir, blandiblú, autoescuela, pisos, feria, boda, vacaciones...
Casi sin darnos cuenta el verano había terminado y la universidad, aquello que parecía que nunca llegaría, llegó. Con ella, el primer día de novatadas, el primer día de clases, muchas, muchas caras nuevas. Entre tanto llegó el castillo, este año más raro, más corto, pero igualmente castillazo. Al poco tiempo, los esperados 18, un día raro, bonito, difícil de olvidar gracias a ciertos personajillos, los que me hicieron dibujos, me grabaron en video, regalaron globos, o los que me cantaron cumpleaños feliz en las escaleras tomasinas; y por supuesto, con sus correspondientes celebraciones en todas partes.
Un día de octubre obtuve mi X en apta, y mi L en el tamagochi.
Y para no perder el ritmo de fiesta, nos fuimos al intercampus, día más que agotador, pero que mereció muchísimo la pena.
Un concierto en pleno Halloween me hizo celebrar la noche vieja de 1999.
Algún fin de semana recordando las fiestas por La Solana...
Seguimos proyectando, haciendo espacios habitables, carteles sobre Javier Pérez Aranda, operaciones imposibles con letras...
Diciembre...lo que trajo con sí una nochevieja con lacasitos, el "mañana tengo entrega final, hoy no duermo", las cenas por Toledo, la cúpula de Fuller, la vuelta a casa, regalos, maitín (celebrado mejor que nunca por los suelos de los pisos), tardes largas de cafés, y noches en las que te da por pensar en lo bueno que ha sido el último año y la cantidad de cosas que te encantaría repetir en el siguiente. Sé que siempre pensamos que es difícil mejorar un año como el último, pero aún así lo esperamos, yo me conformo con igualarlo.

1 comentario:

  1. que bunito
    Anda que no estáis chochones todos. A mí me gusta tanto mi última entrada del blog que no quiero cambiarla... juup

    ResponderEliminar

Seguidores