Como cada fin de año, toca ponerse nostálgicos. Y es que, en estos momentos en los que te paras a pensar, te das cuentas de que los años cada vez pasan más rápido.
En especial, 2010 es el año que más deprisa he vivido, pero sin embargo el que mejor recuerdos me ha dejado hasta el momento.
Empezamos el año como mejor sabemos: besos, risas, y fiestas. Pero poco a poco se empezó a notar el estrés de la selectividad, las dudas sobre a donde ir, las preocupaciones sobre si dará la nota, no dará...
Llegó la temida selectividad, que en el fondo, no se le recuerda tan mal, sólo algo de nervios al principio, que al final acabaron desapareciendo.
Más fiestas, ahora la de graduación, noche larga y de las mejores.
Y así llegamos al "verano de nuestras vidas", afirmación a la que no le falta razón. Más fiestas, más noches sin dormir, blandiblú, autoescuela, pisos, feria, boda, vacaciones...
Casi sin darnos cuenta el verano había terminado y la universidad, aquello que parecía que nunca llegaría, llegó. Con ella, el primer día de novatadas, el primer día de clases, muchas, muchas caras nuevas. Entre tanto llegó el castillo, este año más raro, más corto, pero igualmente castillazo. Al poco tiempo, los esperados 18, un día raro, bonito, difícil de olvidar gracias a ciertos personajillos, los que me hicieron dibujos, me grabaron en video, regalaron globos, o los que me cantaron cumpleaños feliz en las escaleras tomasinas; y por supuesto, con sus correspondientes celebraciones en todas partes.
Un día de octubre obtuve mi X en apta, y mi L en el tamagochi.
Y para no perder el ritmo de fiesta, nos fuimos al intercampus, día más que agotador, pero que mereció muchísimo la pena.
Un concierto en pleno Halloween me hizo celebrar la noche vieja de 1999.
Algún fin de semana recordando las fiestas por La Solana...
Seguimos proyectando, haciendo espacios habitables, carteles sobre Javier Pérez Aranda, operaciones imposibles con letras...
Diciembre...lo que trajo con sí una nochevieja con lacasitos, el "mañana tengo entrega final, hoy no duermo", las cenas por Toledo, la cúpula de Fuller, la vuelta a casa, regalos, maitín (celebrado mejor que nunca por los suelos de los pisos), tardes largas de cafés, y noches en las que te da por pensar en lo bueno que ha sido el último año y la cantidad de cosas que te encantaría repetir en el siguiente. Sé que siempre pensamos que es difícil mejorar un año como el último, pero aún así lo esperamos, yo me conformo con igualarlo.
La vida no es esperar a que pase la tormenta,es aprender a bailar bajo la lluvia.
martes, 28 de diciembre de 2010
lunes, 27 de diciembre de 2010
Toledo
Si hace unos meses me hubiesen dicho que conocería a estas personas, no me lo hubiese creído. Sabía que cuando cambiase de vida también cambiaría la gente que me rodeaba, pero no me hubiese imaginado como iba a ser esta nueva gente, y que en tan sólo tres meses llegasen tan a dentro que ahora no paro de echarles de menos. Convivir, reir, llorar, dormir, trabajar, perder el bus, volvernos locos, todo juntos. Ir a clase, cambiar de habitación, ver películas, dibujar, pintar cuadros, proyectar, bajar al comedor, pasar noches sin dormir trabajando, o de fiesta, mirarnos con cara de dormidos y sentir que es algo normal.
No sé si en otro lugar hubiese encontrado a gente que me hubiese hecho sentir así, probablemente sí, pero estoy aquí, en Toledo, en mi residencia, en mi universidad, con mi gente, y es aquí donde me quiero quedar.
No sé si en otro lugar hubiese encontrado a gente que me hubiese hecho sentir así, probablemente sí, pero estoy aquí, en Toledo, en mi residencia, en mi universidad, con mi gente, y es aquí donde me quiero quedar.
sábado, 4 de diciembre de 2010
Defectos.
Suelo olvidar las fechas importantes. Quiero dormir a todas horas, viendo una película, o cuando más cosas tengo que hacer. Me gusta demasiado salir de fiesta, y demasiado poco tener responsabilidades. Llego tarde a todos lados y sonrío mientras pido perdón. Miento, a veces, para no hacer daño. Hago la maleta un momento antes de salir de viaje, mal y rápido. Tengo todo desordenado. Soy negativa, aunque prefiero decir realista. Quiero tener siempre la razón, y odio que me la den sólo para hacerme callar. Me enfado si algo me sale mal. Me dicen que estoy loca, aunque sé sentar la cabeza cuando es necesario. Tengo defectos, sí, pero sin ellos, todo sería demasiado aburrido.
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